Madre mía, vengo ante ti en este nuevo día a bendecirte por las cosas grandes que ha hecho en ti Dios todopoderoso, a agradecerte las gracias que me has alcanzado, a consagrarte todos mis pensamientos, palabras y obras y a pedirte tu bendición para mí y para mi familia.
Intercede ante Dios por nosotros que, esparcidos por el mundo, nos esforzamos por vivir la fe, la esperanza y la caridad de las que tú nos das tan admirable y alto ejemplo.
Concédeme imitar la vida de oración, de obediencia, de humildad, de fidelidad y la sencillez que compartiste con tu Hijo Jesús
Dile a Jesús, oh Madre, cuánto le quiero amar
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