AMADO PADRE

Si tú estás conmigo, lo tengo todo!. 

Hoy te alabo y te bendigo en este nuevo día que tú me regalas, 

te adoro porque eres bueno, poderoso y misericordioso. 

Todos los días me llenas de bendiciones. 

Hoy Padre celestial quiero darte gracias por tu generosidad, 

por el gozo que me hacen sentir tus promesas de bienestar.

Gracias porque es tu Espíritu Santo quien me impulsa 

a dar lo mejor de mí, a tener confianza, a creerte a tí. 

Gracias Dios por hacerme tan fuerte ante las adversidades. 

Examina Señor mi corazón y arranca de mí todo rastro de dolor, 

de pesimismo y de incertidumbre. Tú, amado padre, 

me regalas paz y fortaleza, esperanza y amor 

para afrontar cualquier circunstancia.

Bendito seas mi amado Señor!. 

Llévame siempre de tu mano, en el nombre de tu Hijo Jesucristo, 

y que tu Espíritu santo se mueva en mi corazón, todos los días de mi vida. 

Que así sea.

Amén