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31 ene 2014

Te esperaré como las rosas esperan el rocío en un jardín sombrío...

Te esperaré 

Te esperaré como las rosas esperan
el rocío en un jardín sombrío,
como la primavera en busca de 
un amanecer después de una noche de frió,
como la sombra busca la luz
de un día hermoso y florido.

Pero…van pasando los minutos…los días
y mis esperanzas se pierden en la paciencia… 
en el hastió de sueños que poco a poco 
se van consumiendo entre tu amor y el mío,
buscando caminos perdidos y vacíos.

Qué tristeza…que lo nuestro tenga
que terminar pero te seguiré llevando en el alma
y en mis recuerdo aunque ya no me evoques
en cualquier anochecer y mucho menos 
en un amanecer de añoranzas con sabor 
de labios sobre una piel seca e indiferente,
aún así nunca dejare de esperarte
porque formas partes de mis sentidos.

Te seguiría esperando en la noche
o en el día y si nunca llegaras aún te esperaría
porque eres parte de mi vida y de mis sueños
aunque mis lágrimas sienta tu vacio,
te seguiré esperando…

No obstante si me quedo sola y mis esencias
sigan tristes y sin vida al terminar el día
te buscaré y si no regresaras sacaré valor
para seguir viviendo sin ti,
sin perder las esperanzas que regreses a mí.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 

El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.