En el jardín de una iglesia se puso un nacimiento, durante la noche,
un perrito callejero busco refugio y se acostó junto al niño Dios.
La estampa fue tan tierna que decidieron dejarlo todo el tiempo que duró dormido,
y al despertar, no lo corrieron, sino que le dieron la noticia que ya tenía un hogar,
un miembro de la iglesia lo adopto.