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15 jun 2014

Padre bueno o buen padre

Padre bueno o buen padre


 Padres buenos hay muchos;
buenos padres, hay pocos.
No es difícil ser un padre bueno
en cambio, no hay nada más difícil
que ser un buen padre.-

Un corazón blando basta para ser un padre bueno
pero la voluntad más firme
y la cabeza más clara
son todavía poco para hacer un buen padre.

El buen padre dice sí cuando es sí y no cuando es no...
El padre bueno sólo sabe decir sí...
El padre bueno hace de su niño un pequeño Dios
que acaba en un pequeño demonio...
El buen padre no hace ídolos...
vive la presencia del único Dios.

El padre bueno encoge la imaginación del hijo
con juguetes del bazar
el buen padre echa a volar la fantasía del hijo
dejándole crear un aeroplano con dos maderas viejas.

El padre bueno amanteca la voluntad del hijo
ahorrándole esfuerzos y responsabilidades...
el buen padre templa el carácter de su hijo
llevándolo por el camino del trabajo y del esfuerzo.-

Y así, el padre bueno llega a viejo
decepcionado y tardíamente arrepentido...
mientras que el buen padre crece en años respetado,
querido, y es, a la larga, comprendido.-

Carta al Mejor Papá del Mundo

Carta al Mejor Papá del Mundo


No intentes ser mejor padre de lo que ya eres, lo mejor que puedes hacer es darme un abrazo cuando más lo necesito, contarme tus chistes que de tan malos me hacen reír, darme los mejores consejos cuando me atormenta esta etapa de la adolescencia, y todo lo que me das día a día.

Créeme que cualquier chica o chico les gustaría estar en mi lugar si te conocieran, te puedo jurar que eres lo mejor del universo y que cada día aprendo muchas más cosas de ti, siempre preocupado por todo.

Puedo tener mil defectos, porque sé que los tengo, pero tú siempre sacas lo mejor de mí, cuando realmente eres como eres.

No sé cómo agradecerte todo lo que haces por nosotros, es tanto lo que has hecho que estaría toda una vida agradeciéndote.

Lo mejor que puedo decirte es Te Amo como nunca voy a amar a ningún otro hombre adulto y otra cosa, no pienses que eres menos porque en verdad das mucho más de lo que puedes.

Muchas gracias por seguirme estos  años y lo que queda de nuestras vidas, llenos de alegrías y algunas tristezas escondidas, gracias por ser como eres, gracias por llevarme a lugares que no cualquiera puede conocer, GRACIAS por tus abrazos, por tus chistes, por tus regalos, por tus enojos, por acogerme en tus abrazos siempre.

Lo mejor que puedes darnos día a día es tu amor y tus alegrías.

TE AMO COMO A NADIE PAPÁ, GRACIAS!!

REFLEXIÓN: EL PADRE MÁS MALO DEL MUNDO

EL PADRE MÁS MALO DEL MUNDO


Yo tuve el padre más malo del mundo. Cuando fui creciendo se hizo más malo. Mi padre insistía en saber dónde estaba, parecía que estaba encarcelado. Tenía que saber quiénes eran mis amigos o con quien andaba y lo que estaba haciendo a cada instante. Me insistía mucho en que si decía que me iba a tardar una hora en algo o en algún lugar, debía tardarme solamente una hora.

Pero siguió siendo cada vez más malo. Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la Ley Federal del Trabajo de los Niños. Me enseñó y me obligó a lavar mis trastes (platos o utensilios de cocina), a hacer mi cama, a barrer y hasta a aspirar mi recámara y a lavar mi ropa; me mandaba a la tienda de la esquina a hacerles mandados a él y a mamá y tuve que aprender cosas muy crueles como cocinar y otras que de plano no quiero recordar.

Me parece que se quedaba despierto toda la noche pensando que podría hacerme al día siguiente para molestarme. Cuando llegué a la adolescencia, mi padre fue más malo y mi vida se hizo más terrible. Siempre insistía en que dijera la verdad y en que le tuviera confianza. Obligaba a mis amigos a tocar la puerta de la casa y a preguntar por mí en lugar de silbar o tocar el claxon para que yo saliera corriendo. Sé convirtió en un metiche total.

Quería que le informara el nombre de cada amigo, a que se dedicaba, quiénes eran sus padres y a qué se dedicaban; dónde vivía, a qué escuela asistía y qué estudios cursaba y muchas cosas más. Sobre todo cuando quería ir a una fiesta o paseo, ya se han de imaginar. Por eso digo que mi padre fue un fracaso completo.

Sin embargo, ha pasado el tiempo y a la fecha ni yo ni mis hermanos hemos sido arrestados por vagos, ebrios o por tener problemas con las drogas. No hemos participado en ningún acto de violencia. Cada uno de nosotros estamos trabajando para lograr un mejor futuro y sólo nuestro esfuerzo será lo que nos haga cada día mejores. A nadie puedo culpar de mi futuro, cualesquiera que sea. Mi padre hizo que me convirtiera en un adulto educado, respetuoso, honesto y trabajador.

Ahora que soy padre, estoy educando a mis hijos con las mismas enseñanzas y de la misma manera que mi padre me educó. Me siento orgulloso cuando mis hijos me dicen que soy malo, muy malo y mal padre.

Verán, les digo, con el tiempo, ustedes le darán gracias a Dios por haber tenido, como yo lo tuve, “el padre más malo del mundo”.

CARTA DE MI QUERIDO VIEJO

El día que este viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y comprendeme.
Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, recuerda las horas que pase enseñándote a hacer las mismas cosas.
Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras que sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño(a) para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.
No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello.
Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte mas agradable tu aseo. Acéptame y perdóname. Ya que soy el niño ahora.
Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona.
Acuérdate que yo fui quien te enseñó tantas cosas. Comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia por ti.
Cuando en algún tiempo mientras conversamos me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo no te burles de mi; tal vez no era importante lo que hablaba y me conformé con que me escuches en ese momento.
Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Sé cuanto puedo y cuanto no debo. También comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir.
Cuando me fallen mis piernas por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.
Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.
No te sientas triste o impotente por verme como me ves. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir.
De la misma manera como te he acompañado en tu sendero te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.
Tu Viejo.

FABRICANDO UN PADRE

En el taller mas extraño y sublime conocido, se reunieron los grandes arquitectos, los más afamados carpinteros y los mejores obreros celestiales que debían fabricar el padre perfecto.
“Debe ser fuerte”, comentó uno.
“También debe ser dulce”, comentó otro experto…
“Debe tener firmeza y mansedumbre”
“Tiene que saber dar buenos consejos”
“Debe ser justo en momentos decisivos, alegre y compresivo en los momentos tiernos”
“¿Cómo?” es imposible -interrogó un obrero- poner todo ese material en un solo cuerpo.
“Es fácil” contestó el ingeniero, “solo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo…”
Todos rieron ante la ocurrencia y se escuchó una voz, era del maestro dueño del taller del cielo (Dios).
“Veo que al fin comienzan, -comento sonriendo- no es fácil la tarea, pero no es imposible si ponen interés y amor en ello”.
Y tomando en sus manos un puñado de tierra comenzó a darle forma.
“¿Tierra?” preguntó sorprendido uno de los arquitectos. “Pensé que lo fabricaríamos de mármol o marfil, o con piedras preciosas”.
Este material es necesario para que sea humilde -le contestó el maestro, y extendió su mano y sacó de las estrellas oro y lo añadió a la masa.
-Esto es para que en las pruebas difíciles brille y se mantenga firme…
Agregó a todo aquello, Amor y Sabiduría, le dio forma, le soplo de su aliento y cobro vida, pero faltaba algo, pues en su pecho le quedaba un hueco, ¿Y ahí que pondrás? -preguntó uno de los obreros, y abriendo su propio pecho, y ante los ojos asombrados de aquellos arquitectos, sacó su corazón, le arrancó un pedazo, y lo puso en el centro de aquel gran hueco.
Dos lágrimas salieron de los ojos del maestro, mientras volvía a su lugar el corazón ensangrentado,
¿Por qué haz hecho eso? -pregunto un ángel obrero, y aun sangrando el maestro le contestó: “Esto hará que me busque en momentos de angustia, que sea justo y recto, que perdone y corrija con paciencia, y sobre todo que este dispuesto al sacrificio por sus hijos, y que los dirija con ejemplo, porque al final de su largo trabajo, cuando haya terminado la dura tarea de ser Padre allá en la Tierra, regresará hasta mí, y satisfecho por su buena labor, yo le daré un lugar aquí en mi reino”.

A MI PADRE AUSENTE

A mi Padre


Padre, que desde el cielo me guías,
Espero no haberte defraudado.
Padre, tu que luchaste con fuerza
Para sacar tu familia a flote,
con el sudor de tu frente,
de sol a sol ,solo por nosotros.
Hoy no tengo suficientes palabras en mi garganta,
Padre, para pagarte lo que nos distes,
tu voz serena que me arrullaba
y me daba refugio
y abrigo cuando lo necesitaba,
Hoy Padre, te echo de menos.
Tu pasado vive presente en mi,
Padre, hoy quiero rendirte homenaje
por los años que pasemos,
y recordar aquellas tardes de paseos,
aquellos días que salíamos juntos y sonreías.
Hoy quiero recordarte ese padre que fuiste,
padre y amigo,
Padre, te echo de menos.
Tus consejos sabios que no comprendía,
Hoy he alcanzado a comprender,
el sonido de tu voz,
tus palabras me ayudan,
Hoy Padre, te echo de menos.
Por enseñarme nobles valores:
el amor, rectitud y compasión,
justicia, desinterés, trabajo,
caridad, verdad y el perdón.
Por todos tus desvelos.
Por tu amor paternal.
Hombres como tú hay pocos.
Eres un padre ideal.
Por todo esto padre, te aprecio,
y a Dios de nuevo agradezco
por en mi vida haberte tenido a tí.

MI PADRE ES

MI PADRE ES:
El soporte en nuestro hogar.
El que se guarda los sentimientos en la profundidad de su alma.
El que te da seguridad en tus horas de angustia.
Es el héroe de tus cuentos infantiles.
Es aquel que te impone respeto en la adolescencia, pero si te fijas bien, cuánta ternura desprenden sus ojos al mirarnos!
Es quizás el que no te prodiga de besos y abrazos como tu madre, pero en las noches cuando uno duerme, es el que se asoma con suavidad a tu cuarto y con suma delicadeza cubre nuestro cuerpo con la sábana que hemos enrollado a nuestros pies, mientras la emoción le nubla los ojos, porque se siente tan orgulloso de tenernos!
Tenemos que comprender el papel que muchas veces se le asigna a nuestro padre, un papel un tanto distante, severo.
¿Quién de nosotros no habrá escuchado de su madre alguna vez decirnos.. 'se lo voy a decir a tu padre cuando llegue'...
Y uno se siente temeroso pero a la vez espera ansioso el regreso del padre.
Y cuando lo alcanzas a divisar desde la ventana, ya no temes el regaño, lo que esperas anheloso, es su abrazo protector!
Gracias a todos ellos, nuestros padres.
Felicidades a los hijos que lo han disfrutado toda su vida, a los que lo tuvieron poco tiempo, pero fue muy intenso ese transcurrir, a los que por las circunstancias tuvimos que crecer sin ellos a nuestro lado, no juzguemos, disfrutemos del recuerdo emotivo del padre que junto con el amor de una madre, hacen a nuestra vida feliz.!